sábado, 20 de febrero de 2016
El Rincón del Poeta por Radio María
Iniciamos este blog en donde colgaremos los artículos que se presentan semanalmente durante nuestro programa por Radio María Ecuador, los días viernes de 17h00 a 17h52, ustedes pueden solicitarlo a nuestra cabina; +593 7 2 838 998
La Poesía
Llegas,
silenciosa, secreta,
y despiertas los
furores, los goces,
y esta angustia
que enciende lo
que toca
y engendra en cada
cosa
una avidez
sombría.
El mundo cede y se
desploma
como metal al
fuego.
Entre mis ruinas
me levanto,
solo, desnudo,
despojado,
sobre la roca
inmensa del silencio,
como un solitario
combatiente
Verdad abrasadora,
¿a qué me empujas?
No quiero tu
verdad,
tu insensata
pregunta.
¿A qué esta lucha
estéril?
No es el hombre
criatura capaz de contenerte,
avidez que sólo en
la sed se sacia,
llama que todos
los labios consume,
espíritu que no
vive en ninguna forma
mas hace arder
todas las formas.
Subes desde lo más
hondo de mí,
desde el centro
innombrable de mi ser,
ejército, marea.
Creces, tu sed me ahoga,
expulsando ,
tiránica,
aquello que no
cede
a tu espada
frenética.
Ya sólo tú me
habitas,
tú, sin nombre,
furiosa substancia,
avidez
subterránea, delirante.
Golpean mi pecho
tus fantasmas,
despiertas a mi
tacto,
hielas mi frente,
abres mis ojos.
Percibo el mundo y
te toco,
substancia
intocable,
unidad de mi alma
y de mi cuerpo,
y contemplo el
combate que combato
y mis bodas de
tierra.
Nublan mis ojos
imágenes opuestas,
y a las mismas
imágenes
otras, más
profundas, las niegan,
ardiente balbuceo,
aguas que anega un
agua más oculta y densa.
En su húmeda
tiniebla vida y muerte,
quietud y
movimiento, son lo mismo.
Insiste,
vencedora,
porque tan sólo
existo porque existes,
y mi boca y mi
lengua se formaron
para decir tan
sólo tu existencia
y tus secretas
sílabas, palabra
impalpable y
despótica,
substancia de mi
alma.
Eres tan sólo un sueño,
pero en ti sueña
el mundo
y su mudez habla
con tus palabras.
Rozo al tocar tu
pecho
la eléctrica
frontera de la vida,
la tiniebla de
sangre
donde pacta la
boca cruel y enamorada,
ávida aún de
destruir lo que ama
y revivir lo que
destruye,
con el mundo,
impasible
y siempre idéntico
a sí mismo,
porque no se detiene
en ninguna forma
ni se demora sobre
lo que engendra.
Llévame,
solitaria,
llévame entre los sueños,
llévame, madre mía,
despiértame del
todo,
hazme soñar tu sueño,
unta mis ojos con
aceite,
para que al
conocerte me conozca.
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